Por J. Manuel Arango C.

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Dic 7 del 2.005 Que Juan Pueblo reflexione, sobre sus derechos, que estos no se mendigan se conquistan

En Colombia, que sin pecar de iluso con los calificativos, se dan atipicidades, creo no vistas en otras esferas del mundo. “Gobernante” que no duda en ponerse al lado del opresor, sin importar tener que reprimir a su propio pueblo. “Gobernante” que considera, que darle cumplimiento a la Constitución política y a las leyes, es ser dadivoso con el pueblo, por lo cual “lo hace merecedor de la reelección”; Gobernante, que en “Aras de retener o castigar al culpable” da de baja o asesina y/o captura a inocentes, los que después debe colocar en libertad por ser inocentes, o la simple “disculpa” ante los dolientes de los muertos; Gobernante, que no vacila, en apoyar incondicionalmente el TLC, sin importar la ruina que trae a diferentes sectores de la economía y de la sociedad, en total contravía a lo preceptuado por la norma de normas, como es la Constitución nacional, que en su Artículo 9° dice:

“...la política exterior de Colombia se orientará hacia la integración latinoamericana y del Caribe”;

“Gobernante, que por “rescatar” al retenido por ejércitos al margen de la ley estatal, ordena operación rescate, sin importar que el “rescatado ahora esté muerto”; “Gobernante”, que en su política de “equidad”, sugiere un aumento salarial del 5.7% a los trabajadores o sea a Juan pueblo, mientras a los ministros , secretarios del despacho, a generales y sin previa petición, les está aumentando en varios millones de pesos mensual. ¡que ironía con los discursos y los hechos!

Ah.., pero estoy siendo muy subjetivo, discúlpenme. Claro que es del presidente de la República de Colombia, Dr Alvaro Uribe Vélez a quien me refiero. Y cuando digo de ironía, es porque en los discursos habla de la nobleza o bondad de su corazón, sin embargo cuando las inundaciones en Antioquia y otras partes, ¿cuando llegó con la ayuda como lo dice hacer para otras partes?. Si hablamos de equidad, lo mas justo es que se auxilie al pueblo como gobernante que es.

Pero si una bomba detona en barrios populares, y habiendo daños materiales y victimas humanas, no se ve la mano del gobierno para prestar ayuda; pero si ocurre en otras partes, así sea por la noche, no duerme, se va para el sitio, hace presencia de estado, inventaréa los daños, indemniza a los damnificados. Si de equidad se trata, no solo cree condiciones para dialogar con los que están en armas, hágalo también con las clases populares cuando le claman ayuda. Aquí, y sin estar haciendo apología de las armas, es como si el mensaje del mismo gobernante hacia el pueblo, fuera de que para hablar con el, tienen que insurreccionasen.

Colombia, claro por culpa de la naturaleza por una parte que no repara en clases sociales; pero por la otra, por la negligencia del Estado que aparte de no prever las circunstancia, no es beligerante con las soluciones. ¿O porqué mas de medio país, se encuentra incomunicado, al carecer de vías carreteables, objeto de los deslizamientos y demás?

Pero no ha terminado de decir y entregar personalmente unos cheques a un pequeño grupo de familias en la Comuna 4, mas conocida como Altos de Cazucá en el Municipio de Soacha; cuando hay mismo afloran los deslumbramientos de mas de un “desprevenido” o carente de conciencia a afirmar, que para las próximas elecciones hay que reelegir a Álvaro Uribe Velez.

El Estado, tiene una enorme deuda social, con el Municipio de Soacha. Aproximadamente –aunque los registros de la Red de Solidaridad Social digan otra cosa- mas del 50% de la población actual es o bien desplazados por la violencia fratricida que se libra a lo largo y ancho del país, en una guerra desenfrenada por ser mas ricos los ricos, y eliminar a como sea a los pobres; o bien, porque la miseria, como efecto de la situación social que se vive en todo el país de Colombia, ante la desigualdad social, las faltas de oportunidades para los sectores mas vulnerables, el desempleo, la carestía y bajos salarios, hacen que muchos lleguen al municipio esperando poder encontrar una solución a su situación calamitosa por estar mas cerca de Bogotá la capital.

Es aquí donde emergen los mercaderes de la miseria. Es donde el señor Uribe, presidente candidato, llega con los papelitos de los caramelos. No puedo afirmar que sea malo los programas. Lo malo es el utilitarismo en que se viene postrando a la población, amén de cursos y cartones por el sena, programas nutricionales, ayudas para estudio. Es aquí donde los ingenuos de deslumbran y entonces afirman que apareció el redentor.

Alguien decía, “...al marranito se le lleva con lavaza (comida en descomposición para cerdos), hasta el matadero” Entonces son bondades del redentor? O acaso es su obligación como mandatario de los Colombianos? Alguna vez, en las acertadas retahílas de Facundo Cabral, aquel humorista popular por quien profeso un gran respeto decía cuando el cura del pueblito, ofreció a los parroquianos de su iglesia regalarles el terreno para la escuela. Entonces facundo analizó: Regaló? O devolvió. Y es justamente lo que nos pasa en Colombia con el presidente candidato. Porque mientras se incrementan los presupuestos para la guerra, acaba con empresas, despide los empleados, baja los salarios; no invierte la torta como lo hizo el Alcalde Popular en el Municipio de Soacha Jesús Ochoa Sánchez, que dejó para lo social, un setenta por ciento del presupuesto?

Es que el Presidente de la república, debe acatar en todo la Constitución Política del 91, y no es que me las invente o queme caiga mal Uribe. Es que el Artículo 2 del comento afirma:

“...Son fines esenciales del estado: Servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.

Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares...”

Algún fabulista, pero a la vez inquieto investigador, queriendo saber la etimología de las cosas, se metió a escudriñar en el antiguo testamento y se encuentra con que perlita, por no decir bombazo, porque soy tan debuenas que me llamarían terrorista.

Ya desde ésa época milenaria –según los creyentes- cuando Dios creó el mundo, para que los hombres prosperasen, decidió concederles dos virtudes: A los suizos los hizo ordenados y cumplidores de la Ley. A los ingleses, persistentes y estudiosos. A los japoneses, trabajadores y pacientes. A los italianos, alegres y románticos. A los franceses, cultos y refinados. Pero cuando llegó a los Colombianos, y sabiendo de lo que le esperaba, pidió al arcángel que era su notario y le dijo: Los colombianos van a ser inteligentes, buenas personas y uribistas. A lo que recriminó el notario. Pero como el que manda manda, le dijo: Eso es para Colombia, pero ahora que los Colombianos escojan las dos virtudes que mejor les parezca. El arcángel notario, se preocupa y afanado pues parecía esperar ser el asesor de imagen de algún candidato, le dice afanado: Señor: y que ocurre, si los Colombianos prefieren ser buenas personas, e inteligentes? –Sencillo: que no serán de ninguna manera uribistas.

No podemos continuar en la disyuntiva: Apoyar los programas del gobernante candidato; o quedarnos sin las envolturas del caramelo. Yo tengo obligaciones que cumplir y las cumplo. No le debo al estado, y como tal, exijo mis derechos. No se nos puede colocar en bambalinas, que si no apoyamos al presidente candidato, perderemos nuestros derechos. Por eso debemos luchar por planes y políticas de Estado para con el pueblo, y no de gobernante ocasional. Los derechos no se mendigan se conquistan, y eso es lo que vamos a demostrar el día de las elecciones, demostrándonos que antes que los caramelos, por los cuales nos pretenden cercenar nuestra conciencia pagando un precio demasiado caro por los mismos; preferimos ser buenas personas e inteligentes.

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