Por Latinpress   

Oct 7/17.- OIT.  Perú es actualmente el mayor productor de quinua, seguido de Bolivia, ambos representan el 80% del comercio mundial.


Mientras las exportaciones de quinua incrementaron exponencialmente en los últimos años, ello no significó una mejor calidad de vida o mayores ingresos para los agricultores peruanos.


Creado en 2015, el Programa Conjunto Granos Andinos, se enfocó en la situación de 2.350 agricultores en Ayacucho y Puno, zonas rurales con un elevado nivel de pobreza y pobreza extrema, y donde se produce el 78% de la quinua de Perú.


El programa es una iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), y la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en asociación con el Gobierno de Perú, el sector privado, cooperativas y universidades.


Como resultado del programa, los ingresos de los agricultores aumentaron un 22% más que en 2014-2015 gracias a la venta de quinua orgánica. Como resultado de una campaña realizada en 2015-2016 fueron adquiridas 23 toneladas de quinua orgánica con certificación de los mercados de Estados Unidos, de Europa y Brasil.


El proyecto contribuyó además a mejorar la calidad de los alimentos y la nutrición en Perú, al promover el consumo de este grano – descubierto en las montañas andinas hace más de 3.000 años –


La quinua se caracteriza por su diversidad genética, resistencia y capacidad de adaptación a condiciones ambientales difíciles. La investigación indica que podría ser un cultivo viable ante amenazas como el calor, la salinidad, la sequía y el cambio climático.


La quinua  está siendo utilizada por conocidos chef peruanos como Gastón Acurio, también se han creado barritas energéticas de quinua y quihuicha para niños.


El Programa Granos Andinos también ha contribuido al empoderamiento económico de las mujeres, que constituyen alrededor de 31% de los productores agrícolas de Perú, además de ser las que principalmente se encargan del cuidado de la familia.


Las “mamachas” – como se conocen localmente las mujeres que cultivan – lograron acumular un capital de 16.000 soles (cerca de 4.800 dólares) en la Unión de Crédito y Ahorro (UNICAS), que utilizaron para comprar fertilizantes naturales para proteger sus cultivos, nuevos insumos y animales para sus granjas.


En la ciudad de Puno, más del 50% de los productores que se beneficiaron del proyecto eran mujeres, mientras que en Ayacucho lo fueron el 42%, muchas de ellas se convirtieron en líderes de cooperativas, según Marie Jeanjean, Asistente de Programa de la OIT en Lima.
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