Por Olmedo Beluche
El presidente

 

Juan C. Varela de Panamá ha hecho el máximo del ridículo posible al aparecer como un vil lacayo del gobierno norteamericano al pretender imponer visado a los ciudadanos venezolanos que quieran viajar a Panamá.


 Varela alega que la medida obedece a la necesidad de regular la migración de nacionales de aquel país, pero el vicepresidente de Estados Unidos, Michael Pence, al felicitarlo por los medios internacionales por la medida adoptada, lo ha dejado al descubierto, pues reconoció que en realidad obedece a las presiones extranjeras contra la República Bolivariana de Venezuela ordenadas desde Washington, que se hablaron en la reciente gira que realizó por la región.


 Si se tratara de contener el flujo migratorio, cabe preguntarse: ¿Por qué no se toma una medida similar contra Colombia, país del que provienen tantos migrantes como los que llegan de Venezuela, y donde los derechos humanos son violados en mucho mayor medida, pese a los acuerdos de paz con las FARC?


Desde hace más de una década la política exterior panameña ha venido retrocediendo al carácter de colonia del imperialismo yanqui, en particular bajo el gobierno de Martinelli, siendo Varela canciller. Pero bajo el gobierno actual se ha llegado al peligroso sometimiento de sumar a Panamá a la “coalición internacional contra ISIS”, con los que nos convierte en potencial objetivo de esa organización terrorista, y se prueba que el llamado Pacto de Neutralidad del canal nos mantiene “bajo el paraguas del Pentágono” y no es neutral, como reconoció Omar Torrijos.


El Polo Ciudadano de Panamá condena la imposición de visados a los ciudadanos venezolanos que viajen a Panamá, pues esta actitud rompe la tradicional apertura que rige en el conjunto de Hispanoamérica, dada la historia común, para viajes libres de obstáculos entre ciudadanos de todos nuestros países. Es un retroceso en el proceso real de unidad e integración regional.


Las regulaciones migratorias siempre han sido de otro tipo y realmente analizadas. Por ejemplo, ¿por qué no hay verdaderas sanciones a las empresas que contratan extranjeros de forma irregular para no pagarles las prestaciones establecidas en el Código de Trabajo y otras leyes?
 La actual imposición de visados es parte de las medidas de presión contra el gobierno de Venezuela, presidido por Nicolás Maduro, ordenadas por el gobierno de Donald Trump, y aseguradas por la reciente gira Latinoamericana de su vicepresidente. M. Pence, luego de que sus intentos subversivos y golpistas de la extrema derecha venezolana se estrellaran contra la voluntad del pueblo venezolano expresada en la altísima y victoriosa elección de la Asamblea Nacional Constituyente.


 No es un secreto que Juan C. Varela en complot con empresarios venezolanos capitalistas, bajo la excusa de la “supuesta crisis” en ese país, ha permitido que usen a Panamá para instalarse cómodamente en colonias exclusivas, como Costa del Este, y hacerse más ricos, y desde nuestro país financiar a la MUD, a las guarimbas mercenarias y asesinas contra el chavismo y al gobierno de Maduro. Y por otro lado les ha servido para explotar laboralmente a cientos de venezolanos que residen irregularmente en el país.


 La ridiculez de medidas como esta, expresan el grado de crisis y debilidad de los gobiernos títeres de América Latina que intentan, infructuosamente, acabar con el Proceso Bolivariano inaugurado por el comandante Hugo Chávez y que, a pesar de fallas, errores y desaciertos, continúa con el presidente Maduro.


Por lo que le decimos al presidente Juan C. Varela que son a esos empresarios capitalistas y explotadores venezolanos, los que junto a sus familias deberían salir de nuestro país. Porque han sabido sacarle el mejor provecho a la crisis que ellos mismos han creado fugando divisas desde Venezuela hacia nuestro territorio, bajo la pantalla de “inversionistas extranjeros”.


 El Polo Ciudadano exige del presidente Varela a no hacer más el ridículo y que cese en esta medida, por el respeto a la soberanía del pueblo venezolano. Exigimos cambiar esa actitud  política de sometimiento a la voluntad imperial de Estados Unidos, por una consecuente política integracionista de América Latina y El Caribe en todos los órdenes, político, diplomático, económico y cultural. 


 ¡No a las visas mandatadas por Trump, Sí a la integración latinoamericana!