Por Nelson Mayen

Como de costumbre

 

siempre que visitamos nuestra querida patria, nos damos una vuelta por la tumba de nuestro obispo mártir Arnulfo Romero y Schafik Handal.

Este día por la mañana visitamos junto a mis dos hijos la tumba de Mons Romero, y quiero felicitar a quienes hacen posible mantener en el lugar un ambiente muy agradable para el visitante.

A la derecha de la tumba hay dos murales en donde se puede apreciar algunos episodios de la vida de Monseños Romero y el Padre Rutilio Grande.

En el primer mural se puede leer:

Romero y Rutilio 

Las vidas encontradas.

Es curioso que ambos hayan muerto en el mes de marzo, pues el padre Rutilio grande fue asesinado el 12 de Marzo de 1977; mientras que Monseñor Romero fue asesinado el 24 de Marzo de 1980.

En este mural se encuentra una foto cuando Monseñor Romero visitó al Papa Juan Pablo II, y denunció la represión que se desarrollaba en El Salvador, por parte de los grupos hegemónicos del poder en ese entonces; denuncia que fue vergonzosamente menospreciada por el líder mundial de la iglesia católica.

En el mural de Monseñor Romero, se destacan varias frases que pronunciara el obispo mártir en algunas homilías, tales como las siguientes: 

-"Mi vos desaparecerá, pero mi palabra que es Cristo, quedará"

Homilía 17/Diciembre de 1978

-"Son del diablo los que hacen la muerte, la experimentan los que pertenecen al diablo"

Homilía 01 de Julio de 1979

-"Gracias a Dios que la iglesia en El Salvador todavía puede hablar....pero si habla tiene que decir la verdad, y si no que no hable"

Homilía 16 de Julio de 1978

-"Si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangres sea semilla de libertad y la señal que la esperanza, pronto será una realidad"

-"Solo me consuela que Cristo también fue incomprendido y lo llamaron revoltoso, y lo sentenciaron a muerte, como me han amenazado a mí"

Homilía 03 de Marzo de 1979

Que gran honor haber tenido entre nosotros a ese grandioso pastor, que caminó junto a su pueblo sin importar los riesgos, los cuales le llevaron hasta la muerte por causa de la verdad, y esa verdad es Jesucristo.

Que Dios bendiga a quienes mantienen viva la memoria de nuestro obispo mártir y ahora beato Monseñor Oscar Arnulfo Romero.